Curioso el debate que se ha montado en torno a las declaraciones de Alan Moore al respecto de 300, de nuevo a vueltas con su presunto mensaje fascista, homófobo, militarista y no sé cuántas cosas más. ¿A estas alturas y todavía estamos con estas?
La perspectiva política del trabajo de Miller es innegable, en realidad es una de las bases sobre las que se asienta su trabajo, su rechazo a la burocracia y su desprecio por los políticos de toda índole (más allá de la admiración por algún político individual como pudiera ser Franklin Delano Roosvelt), se enmarcan en gran medida dentro de su tenaz defensa del individualismo y de rechazo a la imposición de normas y reglas por parte de un colectivo sin tener en cuenta al individuo.
Dentro de su extensa e interesante obra encontramos ejemplos que podrían justificar una u otra tendencia política haciendo difícil saber de que pie cojea Miller (algo que ahora se antoja más fácil de saber tras sus cambios de opinión con motivo del 11-S). En este contexto 300 resulta una obra un tanto extraña, ya que a la par que vemos su tradicional discurso del sacrifico heroico, y del hombre haciendo lo que cree que tiene que hacer más allá de las normas o tradiciones que se le tratan de imponer, también vemos la defensa a ultranza de un colectivo, el espartano: raza, patria y tradición son tres de los pilares que Leónidas y sus hombres salen a defender, y esos son pilares bastante opuestos al tradicional individualismo que se puede ver en gran parte de la obra de Miller.
La Batalla de las Termópilas, ha sido además (como casi cualquier acontecimiento histórico de relevancia) usada a lo largo de la historia desde perspectivas políticas que obviando el contexto histórico del acontecimiento, ha buscado allí referentes de la lucha y la resistencia de Europa contra el “extranjero”, contra el “diferente”.
Teniendo en cuenta todo esto, mezclar a alguien como Miller (nada modosito el chico por otra parte, dispuesto siempre a llamar la atención) con esta historia no podía más que generar polémica sobre la perspectiva política de la obra... y curiosamente este sea tal vez el trabajo menos político de Miller.
Así, 300 se trata del relato concebido por un niño emocionado por una película (El León de Esparta), que cuando creció se intereso e investigo más sobre el tema quedando fascinado por el elemento central del mito (por que eso es ante todo 300, un mito): el sacrificio heroico, tema que había configurado gran parte de su obra ya como autor de comics. Partiendo de este punto de vista, Miller concibió 300 no como un homenaje o exaltación de la sociedad espartana, ni como una crítica a la misma, no. Miller se situó en el siglo V a.c. y desde la perspectiva del único espartano que sobrevivió a la batalla (y es que si antes hablaba de que en 300 se exalta el colectivo espartano, esta exaltación no viene por parte de Miller, que aquí se muestra más que nunca como mero observador en la obra, si no por parte del narrador de la misma: un espartano que se lo cuenta a otras espartanos, y es que aunque esto se suela olvidar, uno no sabe si adrede, es una de las claves para interpretar 300), se limito a narrar el sacrificio de 300 valientes que luchaban por aquello en lo que creían y que sabían que iban a morir. Miller no juzga ni para bien ni para mal (y eso es lo que parece molestar a algunos) si aquello en lo que los espartanos creían era correcto o no, no entra en aquello por lo que luchaban o lo que creían luchar, no, Miller se limita a narrar el valor y la fuerza del sacrificio de 300 hombres frente a un ejercito de miles de soldados, sus exageraciones… incluso su tono burlón al respecto del rival de los espartanos está buscado, tanto para exagerar su amenaza, como para engrandecer la fuerza del sacrificio.
¿Tiene 300 un fondo o un forma fascistoide?, depende de la interpretación que cada uno quiera hacer de la obra, bajo mi punto de vista, 300 es la obra menos política de Miller. 300 es una comic sobre un mito, sobre un sacrificio, y sobre unos héroes que lucharon por aquello que consideraban suyo; podemos creer en ellos o no, pero es lo que cuenta 300, no hay más ahí dentro…y no lo necesita para ser uno de los mejores trabajos de Miller y por ello del comic americano.
"...mensaje fascista, homófobo, militarista y no sé cuántas cosas más"
ResponderEliminarMe parece la típica crítica intelectualoide..me esperaba algo más original de Moore.
Lo que no veo por ninguna parte es la homofobia..¿no querrán decir homofilia?
Totalmente de acuerdo contigo fer1980 y con el comentario de bruce. Hay muchos prejuicios de corte intelectual/progresista políticamente correctos que no tragan planteamientos tan salvajemente individualistas como los de Miller. Por otra parte Miller ensalza en su cómic (en la película es más obvio) al pensamiento racionalista europeo en contraposición con el misticismo de Oriente. La batalla de las Termópilas sirvió para unir a los griegos contra la amenaza que venía de un Imperio en el que el emperador era considerado un Dios, mientra que Leónidas es un simple Rey que sólo obedece a su conciencia. Miller interpreta esta batalla como la defensa de unos valores occidentales y democráticos que nada tienen que ver con el fascismo.
ResponderEliminarche, no se queden sólo con esa parte de la crítica: Moore también dijo que era un estúpido, o algo así...
ResponderEliminarComo para compensar la parte intelectual, no?
A mí me gustaron las dos, el comic y la peli, y se me hizo díficil ver todas las cosas que se le critican. Tal vez un poco lo de homofóbico pasa por la ambigüedad aparente de Xerxes, pero nada más...
De todos modos, Moore y Miller, ambos son unos genios, y se les puede permitir que se mandan esas metidas de pata, hablando de más o adaptando productos de terceros, como el caso de The Spirit...
Saludos y perdón si me extralimité xD...
La gente en cuanto ve a hombres musculosos con torsos desnudos ya empieza a pensar en el ícono gay. Tal vez Miller debería haberlos dibujados con tripa cervecera, la coronilla clareada y barba de tres días. Así quizá no se meterían en ése aspecto.
ResponderEliminarLa interpretación de la historia la puede realizar cada uno buscándole tres pies al gato como hizo el Dr. Wertham en su seducción del inocente. Si te empeñas en buscar algo perverso en cualquier obra, seguro que te inventas argumentos que autojustificas para desprestigiarla.
Ups, creo que se me ha vuelto a ir la olla...
Saludos!
Bruce lo de homofobo yo tampoco lo veo mucho, y si creo que Moore no se muestra demasiado fino aqui.
ResponderEliminarEtrigan, no se hasta que punto en el comic Miller opone oriente/occidente, yo creo que va más al mito, a la esencia, pocos contra muchos y resistiendo por honor, luego se le pueden buscar más vueltas pero en escencia es eso (en la pelicula si veo más la lectura que tu señalas).
Matias, si, Moore llega a estar falton, pero bueno el sabra, sobre lo de Jerjes no lo termino de ver, no, por cierto ¿que tiene de malo adaptar obras de terceros?.
EinnDC, estoy deacuerdo contigo, cuando se le quiere buscar las vueltas a algo, se le buscan y se justifica lo que sea, creo que a veces la gente se raya demasiado
Yo creo que es imposible no hacer algo político con lo de las Termópilas. Es una historia ya viciada y nadie puede escapar de que se haga una lectura político. Yo estoy con Fer y no creo que Miller haga aquí no obra político, el tema es que se pasa exagerando la historia llevando el maniqueísmo hasta el extremo y es entonces cuando puede llegar a parecer que es un panfleto si no pillas a Miller.
ResponderEliminar¿No se va a acabar nunca?
ResponderEliminarexp. 626
Si más o menos esa es la cuestión, yo me reitero creo que esta tal vez sea la obre menos política de Miller.
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