martes, 20 de junio de 2006

La Pasión de Buffy

Cuando empecé con el blogg, señalé que tenia intención de hablar de Buffy y sin embargo hasta ahora no lo he hecho. El motivo se debe, básicamente a que pensaba que en un principio debería hacer un post de presentación sobre de que va la serie, y lo cierto es que eso no me apetecía en absoluto. Así que en este mi primer post de Buffy, voy a hablar de lo que realmente me apetece, en este caso de uno de los mejores episodios de la serie, en concreto el número 17 de la segunda temporada: Pasión

El motivo por el que he elegido este episodio para empezar a hablar de Buffy se explica desde varios puntos de vista. Probablemente Pasión no sea el mejor episodio de la serie (las tres ultimas temporadas están plagadas de maravillas), pero expone de forma clara lo que es Buffy y su mundo sin necesidad casi de ningún conocimiento previo, algo que no sucede con otros magníficos episodios como puedan ser el musical o el episodio mudo. Pertenece además a una temporada (la segunda) en la que Buffy explota de forma definitiva como la maravillosa serie que termina siendo, y es que tras una primera temporada entretenida sin más, es en esta segunda temporada cuando el mundo de Buffy desbordante de imaginación y (pese a su temática fantástica) real como la vida misma salta ante nuestros sorprendidos ojos. Esta es sin duda la temporada “básica” de Buffy donde se sientan las bases de todo lo que vendrá después, y Pasión es, bajo mi punto de vista, su punto culminante, incluso por encima de su trágico y sobrecogedor final. Si después de ver este episodio, no te gusta la serie, es que definitivamente no te va a gustar.

El episodio, narrado siempre en sus momentos claves por la voz en off de un inconmensurable Angelus, gira entorno, al amor, la venganza, el desamor... en definitiva LA PASIÓN. Angel, el vampiro con alma, la ha perdido, aquello que le fue impuesta como castigo a sus viles crímenes, ya no es tal, su amor por Buffy ha hecho que dejara de sufrir, le ha redimido y cuando este amor se culmina, al perder su propósito originario, el castigo, se desvanece, el alma se va, Angel ya no existe, solo queda Ángelus. Esto es todo lo que se necesita saber, antes de ver el episodio, Ángelus no es solo un vampiro sin alma, eso no le diferenciaría de ningún otro vampiro, Ángelus es mucho más, sádico, cruel y maquiavélico, no se conforma con matar a sus victimas, quiere subyugarlas, quiere hundirlas en la locura y el dolor, y a Buffy el único ser humano, que en todos sus siglos de existencia le ha hecho sentir algo puro, le reserva el mayor de los infiernos. Angelus que se siente sucio por ese amor, quiere limpiarse, quiere vengarse y eso no se consigue solo matando a Buffy: ha de destrozarla y es que como le dice Willow a Buffy “algo no ha cambiado, tu sigues siendo lo único en lo que piensa”.

El episodio se inicia con Buffy bailando en el Bronze, con Xander, siendo observada (acosada) en todo momento por Angelus, que después le sigue hasta su casa, entrando en su habitación y dejando un dibujo de ella en la cama. La acción repite con Willow asesinado además a sus mascotas, Angelus ataca a Buffy a través de sus amigos y de su familia. Con esto pretende demostrar que puede entrar cuando quiera en casa de Buffy y de su mejor amiga, que puede seguirla, que puede acosarla, siempre que quiera y que ella no puede hacer nada al respecto. Algo con lo que Buffy, no se muestra de acuerdo ya que con la ayuda de su mentor Giles, consigue vía conjuro, impedir que Angelus pueda entrar en su casa (y en la de Willow) cuando quiera, aunque no consigue impedir que este hable antes con su madre y le cuente que ha hecho el amor con Buffy, dando lugar a una de la muchas escenas conmovedoras del episodio. La madre de Buffy, desconoce que su hija es una caza vampiros, y por supuesto que Angelus es un vampiro, solo ve que su hija de apenas 17 años se ha acostado con una persona mayor (Angelus aparenta veintipocos) sin decírselo y que además este no es precisamente una persona muy equilibrada. Llega entonces una conversación entre madre e hija, en la que queda patente una de las grandezas de la serie su reflejo de la realidad y de esa difícil etapa vital que es la adolescencia: la incomunicación generacional entre padres e hijos se refleja perfectamente en una conversación en la que Buffy le dice a su madre que no puede contarle todo y esta responde que en realidad no le cuenta nada.

De esta forma insisto,  sin duda uno de los puntos fuertes de la serie, es lo apegada que esta a la realidad, de la que se convierte en permanente metáfora. Así el que Angel pierda el alma tras acostarse con Buffy, puede verse como un reflejo del novio que tras conseguir acostarse con su novia, cambia por completo y pasa de ella. Ya se han mencionado las relaciones padre e hijo, la transición a la madurez desde la adolescencia que se ira viendo en las sucesivas temporadas, o la evolución en la relación, alumno- maestro (Buffy-Giles). Una de las claves de la grandeza de esta serie, viene de esto precisamente: no hay miedo al cambio, no se teme la evolución, y esto se aprecia de forma clara en este episodio

La trama fundamental del mismo se centra en uno de los principales secundarios hasta entonces de la serie, Jenny Calendar. Introducida en el show de forma paulatina esta profesora de informática demuestra pronto sus conocimientos en el campo de lo místico, convirtiéndose primero en una valiosa aliada del grupo y después en interés romántico para Giles. Su conocimiento de lo místico revela su procedencia en esta segunda temporada. Jenny no fue a Sunnydale por casualidad, consciente de que allí estaba Angel, su misión consistía en vigilarlo y garantizar su infelicidad, ya que en realidad Jenny es familia de los gitanos que maldijeron en su momento a Angelus para que este tuviera alma y pagase por sus crímenes. Sin embargo el problema para Jenny viene dado por el hecho de que cuando entra el grupo de Buffy no puede evitar, admirar los esfuerzos de Angel por redimirse de una vida de odio y dolor, y no puede evitar sobre todo enamorarse de Giles. Así y aunque trata de conseguir que Buffy y Angel se separen, no puede conseguirlo, y cuando todo se viene abajo y el grupo se entera de su “traición” es repudiada por Buffy y Giles. Sin embargo a lo largo del episodio la situación se va encauzando y Jenny consigue dar con un ritual con el que devolver su alma a Angel, no contándoselo al resto para no generar falsas expectativas. Sin embargo Angelus se entera de las intenciones de Jenny y decide detenerla antes de que tenga éxito, para lo cual la sigue destruye el ordenador donde están almacenados los datos de su investigación y la mata. Sin embargo no lo hace de cualquier forma, primero la deja huir, (Angelus disfruta de la caza, de que su victima piense que puede escapar) después la sigue, la acosa y la asesina, no terminado ahí la crueldad de Angelus, ya que le reserva una sorpresa a Giles. Este que previamente, se había reconciliado con Jenny, al llegar a su casa se encuentra con una rosa en la puerta, al entra  la encuentra sembrada de pétalos y con una nota que dice “arriba”, pensando sin duda que Jenny, ha decidido sellar la reconciliación con una velada romántica se dirige a su habitación en el piso de arriba, donde se encuentra a Jenny tumbada en la cama con el cuello roto, en lo que es una de las escenas más impactantes y dolorosas no solo del episodio, si no caso de la serie. Giles destrozado llama a Buffy para contarle lo sucedido y esta, observada en todo momento desde la lejanía, por un Angelus, que desea observar los resultados de su “obra” se recoge en posición fetal sobrecogida por el dolor y sin saber que hacer. Giles decide entonces vengarse y se dirige a matar a Angelus, pero solo la intervención de Buffy puede salvar su vida, impotente ante la fuerza del vampiro. Buffy le reprocha a Giles su actitud suicida, y le espeta un “no me abandone no puedo hacer esto sola”, que resulta claro al respecto del papel que de fuerza y amarre juega Giles para Buffy.

Destaca también en el episodio las tensas relaciones entre Spike y Angelus, dos gallos para un solo corral. Dos vampiros míticos, con dos modos de ver el mundo totalmente distinto: Spike disfruta con la violencia pero no se deleita en ella, mata sin más, Angelus no solo te mata antes te destroza, te humilla, te vuelve loco, y luego te pega el tiro de gracia. Spike no entiende por que Angelus no se limito a matar a Calendar, sin más, no entiende por que monto un espectáculo que solo puede atraer más odio por parte de la cazadora, pero es que Angel no disfruta tanto de la muerte y de la violencia, como del dolor que esta provoca, de las consecuencias de la misma. Dos vampiros distintos, dos destinos que se acabaran entrecruzando mucho más adelante. El episodio termina con Buffy pidiendo perdón a Giles por no haber matado a Angelus cuando tuvo ocasión “no estaba preparada” dice “pero ahora si lo estoy, me he dado cuenta de que he perdido a Angel para siempre y que nunca podré recupéralo” concluye, sin ser consciente que un disquete que contiene los estudios de la señorita Calendar para devolver el alma a Angel se encuentra en esos momentos perdido en el aula de informática. Un episodio magnifico, una autentica obra de arte y es que como dice Angelus:

Pasión. Esta dentro de todos nosotros, durmiendo, esperando y aun sin desearlo ni pedirlo se desata, abre sus fauces y aúlla,  nos habla, nos guía, la pasión nos gobierna todos y nosotros obedecemos, que remedio nos queda. La pasión es la fuente de nuestros mejores momentos la alegría de vivir, la claridad del odio y el éxtasis del dolor. A veces duele más de lo que podemos soportar, si pudiéramos vivir sin pasión tal ves encontraríamos algo de paz, pero estaríamos vacíos, habitaciones vacías destartaladas y húmedas. Sin pasión estaríamos realmente muertos

1 comentario:

  1. Adoro esta serie.
    Hoy he visto en cuatro los dos capítulos finales de la 2ª temporada y aunque ya me los conozco como el padre nuestro... no se, que me han dejado un poso de tristeza y todo...
    Un análisis perfecto de un episodio estupendo. Mi más sincera enhorabuena.

    ResponderEliminar