lunes, 4 de diciembre de 2006

El Día del Juicio.

Pese a que tenía muchas ganas de leer esta obra de Alan Moore editada en nuestro país por Recerca y Aleta al alimón, la verdad es que no me esperaba más que una obra interesante al estilo de Supreme pero nada que fuera más allá, y sin embargo en El Día del Juicio he encontrado eso...y mucho más.

Tras leer El Día del Juicio, y sin saber muy bien por que, me he puesto a pensar en la carrera de dos de los grandes genios surgidos en los 80, Alan Moore y Frank Miller, ambos durante esa mítica década llevaron a cabo una autentica decostrucción del género superheroico, y lo cierto es que de la pésima interpretación de dos de sus obras cumbres (Watchmen, y Dark Knight), surgió en gran medida, todos aquellos héroes duros y supuestamente realistas que pulularon el maistrein noventero, ambos (cada uno desde su perspectiva, apelando más a la cabeza, a la razón Moore, más al corazón Miller), renovaron pro completo el genero superheroico, lo llevaron un paso más allá (¿tal vez a un callejón sin salida?), con héroes más oscuros, entornos más humanos, y situaciones más complejas que las que habitualmente se habían visto en los comics.
Con el paso del tiempo ambos se mostraron algo arrepentidos del camino que habían abierto sin quererlo, no se arrepentían evidentemente de sus obras, si no de la mala interpretación que se había realizado de ellas, y la por ello negativa influencia que habían tenido en los comics durante los 90, por ello cuando ambos regresaron al mainstrein superheroico, lo hicieron con objetivos similares, recuperar la magia (y en cierta medida la inocencia) que los comics habían perdido, revindicar las historias de la DC de los 50 o de la primera Marvel, revindicar al héroe en su misma esencia, en definitiva iluminar el panorama, bajo este prisma los intentos realizados por Miller solo pueden calificarse de fallidos, y es que ni DK2, ni All Star Batman & Robin, han estado a la altura de las circunstancias sin embargo Moore...Moore es otra historia, regresado al mainstrein gracias a la “revolución” Image (que le permitió estar lejos de las dos grandes compañías, Marvel y DC con las que tenia múltiples problemas), realizó en Supreme (copia descarada de Superman del nunca suficientemente ponderado Rob Liefeld), una autentica declaración de intenciones, retomando los elementos más míticos del Superman precrisis, realizó un autentico homenaje, plagado de amor y respeto a este tipo de historias, unas historias llenas de luz, y de inocencia que Moore pretendía (con escaso éxito en lo que a repercusión se refiere, pero bastante elevado en lo que respecta a calidad) revindicar.

En estas llega El Día del Juicio, uno piensa que se encontrará un Moore parecido al se Supreme, es decir una buena historia con momentos deliciosos, pero que no va mucho más allá, además la trama en un principio así parece sugerirlo, un asesinato en Youngblood, un sospechosos, y un juicio llevado a cabo por la comunidad superheroica ante la imposibilidad de que los tribunales ordinarios puedan hacer algo así, pero Moore hace mucho más, Moore lleva a cabo un juicio completo a todo en género...el género superheroico.

A través de la figura del abogado defensor (que se convierte en el conductor de la obra) Moore, nos narra la existencia de un libro mítico y mágico, que ha pasado por diferentes manos a lo largo de la historia, se trata de un libro en el cual el poseedor del mismo puede alterar no solo su propia historia (rescribiendo su futuro) si no la del Universo entero, a través de la historia del libro, Moore hace un somero repaso a la historia del comic americano, sus diferentes etapas, géneros etc, hasta llegar a la actualidad donde Moore realiza una devastadora critica a la situación del maisntrein americano en los 90, el que uno de los principales responsables de esa situación, (Rob Liefeld) sea el dibujante de gran parte de la obra y en concreto de ese pasaje no importa a Moore lo más mínimo, y así de su prosa salen frases como, “ a mediados de los 80...se había aburrido de todo eso, decide escribir un mudo más desagradable oscuro y violento para si mismo y para los demás, toda nuestra realidad cambio y se oscureció, el ingenuo asombro de los 40 había desaparecido, así como la exuberancia de los 50 y la nobleza de los 60, nuestro mundo cayo de la Edad de Oro a la Edad de Plata y finalmente a una Edad Oscura, fue entonces cuando los héroes motivados solo por el dinero o por una psicopatología crearon un paisaje paranoico y apocalíptico, lleno de mutantes postnucleres y ciborgs con bazookas, nuestro universo se vio arrastrado a una mala película de acción llena de caos constante y carente de sentido....”, uno no puede dejar de preguntarse leyendo esto si Moore no se refiere sino a gente como el mismo dibujante de las viñetas que acompañan este texto en el comic, gente que como Rob Liefeld en los 90 solo preocupados por hacer dinero, tanto daño hicieron al comic-boock, con obras entre mediocres y malas, en las que solo se podían encontrar grandes armas y “héroes” con dientes apretados, el juicio que Moore hace al comic maistrein noventero no es demasiado positivo, concluido el juicio (si algo se le puede criticar a Moore en esta obra es que para llevar a cabo tan brillante análisis de la situación del comic americano en los 90, deja totalmente olvidada la trama en si del juicio por asesinato, con una fiscal y una jueza que están por estar y un acusado que apenas aparece más allá de las páginas iniciales), Moore trata de mostrar lo que para el ha de ser el camino a seguir, en unos dos últimos capítulos muy emotivos y a través de la figura del Imaginauta Kane (¿el propio Moore, quizá?), el genial barbudo muestra un universo superheroico mucho más puro menos violento y oscuro, tal vez más inocente, pero desde luego mucho más inteligente, desconozco hasta que punto esta reorganización del Universo Lefedliano permaneció tras la marcha de Moore (no me gusta Liefeld y salvo Supreme y El Día del Juicio no conozco casi nada más de su universo) pero lo cierto es que es una lastima que obras como esta no hayan tenido tanta influencia, como sin duda por calidad merecen.

Una ultima reflexión antes de acabar, estoy convencido, de que si El Día del Juicio, lo hubiese dibujado, Dave Gibbons en lugar de Rob Liefeld, hoy estaríamos hablando de una de las obras de referencia en el comic superheroico solo por debajo de algunas obras del propio Moore o de Miller, sin embargo el dibujo de Liefeld, que en ocasiones roza lo patético, lo impide, no impide por el contrario que aun así El Día del Juicio sea una obra magnifica y uno de los mejores comics que he leído este año, lo cual me lleva a una ultima pregunta, ¿por qué una obra bien dibujada pero mal guionizada rara vez es considerada un gran comic, mientras que una obra bien guionizada pero mal dibujada, si que en muchas ocasiones es considerada un gran comic?, es un tema interesante, bajo mi punto de vista y aunque el comic es a primera vista un medio evidentemente visual, lo que marca que una obra sea grande o no es la historia que cuenta, y como la cuenta, y en ambos aspectos, a pesar de todos los pesares El Día del Juicio es una magnifica obra.

3 comentarios:

etrigan dijo...

Magnífica reseña de uno de los mejores cómics publicados en el 2006. Estoy totalmente de acuerdo contigo.

fer1980 dijo...

Gracias, se trata de un comic muy bueno que temo ha pasado bastante desapecibido pese a merecer mucho la pena.

Ismael dijo...

¡Desapercibido no, directamente ignorado! Yo hasta lo he llegado a mirar mal pero ahora sí que me importa leer este tebeo.
¡Malditos dolmenitas!