domingo, 28 de diciembre de 2014

300: El origen de un imperio.

Todavía inédito, de Xerxes el cómic de Frank Miller en el que supuestamente se basa esta película se pueden ver algunas páginas animadas en los créditos finales de la misma. En espera que el cómic termine llegando algún día a las estanterías (junto al final de All Star Batman & Robin, al fin y al cabo la esperanza es al ultimo que se pierde) la película, estrenada en marzo del 2014, viene a mostrar a la claras que Miller tampoco atraviesa su mejor momento en el campo cinematográfico.

Tras el éxito de critica y publico de 300 y Sin City, a Frank Miller parecía que el cómic se le había quedado pequeño y que su destino era devorar el mismo Hollywood del que tanto renegó en su momento por la escabechina que hicieron con sus guiones para Robocop 2 y 3. The Spirit, su primera película como director enfrió los ánimos (fue un fracaso total tanto de critica como de publico) y su, por ahora último trabajo en cómic, Holy Terror, vino a demostrar que el guionista de Born Again no estaba atravesando su mejor momento creativo. Lo que no ha impedido que esta año 2014 dos obras cinematográficas hayan llevado de una manera u otra su sello: esta 300: El origen de un Imperio y Sin City: A Dame to Kill For, secuelas ambas de los filmes que lo lanzaron al estrellato hollywoodiense.

300: El origen de un Imperio no ha sido ni mucho menos un fracaso (eso queda para Sin City 2 de la que ya hablaremos otros día), en taquilla ha ido bastante bien, y a nivel critico, aunque lo que ha predominado es la indiferencia, no ha sido desde luego machacada sin piedad como The Spirit. Pese a todo, y aunque el material de partida era interesante (la continuación de las guerras greco-persas), si de algo adolece la película es de falta de garra. Algo sorprendente, ya que si algo tiene 300 y en general casi todo el trabajo relacionado con el autor de DK2 es garra y energía a raudales.

Ya sea porque la historia carece de la carga épica y sacrificial de 300, ya sea porque ni Miller ni los guionistas del flim (entre los que figura el propio Zack Snyder, director de 300) hayan sabido transmitirlo, 300: El origen de un imperio se queda en la superficie de lo que fue la primera película, copiando apenas si meramente su estética y olvidandose en todo momento de lo que la hizo grande: la inmensa energía que trasmitía. No ayuda claro que su director Noam Murro apenas pase de mero emulador de Snyder, cineasta a día de hoy bastante (e injustamente, al menos para quien esto escribe) despreciado. Lo que de paso viene demostrar que aunque el estilo de Snyder pueda ser fácil de imitar en la superficie, no lo es tanto conseguir dar a las películas el ritmo y la fuerza que el director de Watchmen consigue, casi siempre, transmitir.

Con todo lo que más brilla en la película es un ajustado reparto, donde destaca por encima de todos una magnética Eva Green que interpreta a la líder persa Artemisa, mujer fatal prototipica de Miller y cuya actuación justifica por si misma la existencia de esta película. Por contra quien más sale desfavorecido es su protagonista Sullivan Stapleton, que interpreta al general griego Temistocles, papel que cumple con dignidad pero que esta a años luz del Leonidas de Gerard Butler. No tanto por el actor, como por las bases misma del personaje, que como toda la película resulta mucho menos interesante que su contrapartida espartana. Así las cosas 300: El origen de un imperio, es una propuesta que busca seguir la estela el éxito de 300, algo que no consigue en ningún momento, quedando apenas en un descafeinado intento de construcción de un flim épico que se deja ver pero que si no fuera por la presencia de Eva Green se olvidaría en el mismo momento en el que alcanza su final.

Queda por ver si Xerxes cuando finalmente salga (si es que lo hace) consigue sobreponerse a los múltiples problemas de la película. Vista esta resulta difícil de creer, pero pese a todo Frank Miller tiene tras de si las suficientes obras maestras como para darle un voto de confianza. De momento lo poco del cómic que se ha podido ver en la película presenta un aspecto visual bastante prometedor, claro que Holy Terror visualmente también es muy potente y luego...En fin sea como hay ganas por comprobarlo.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Daredevil: El diablo en la bahía.

Tras los acontecimiento narrados en el anterior tomo, El camino del guerrero, Daredevil se ha visto obligado a dejar Nueva York para ir a San Francisco, circunstancia aprovechad en los EEUU para abrir un nuevo volumen en la serie del personaje (el cuarto ya) cuyos primeros cinco números, más el especial de transición Road Warrior, Panini recopila ahora en este tomo, sexto ya desde la llegada de Mark Waid a la colección.

Aunque manteniendo el mismo equipo creativo (Mark Waid, Chris Samnee y Javier Rodriguez) ha sido un mero cambio de estatus en el personaje lo que ha permitido a Marvel remunerar la colección por enésima vez en los últimos años. Una estrategia con la que la editorial pretende emular el concepto de temporada televisiva y de paso no asustar a los posibles nuevos lectores a los que supuestamente les puede resultar mucho más fácil incorporarse en un número 5 que no es un hipotético 553. En cualquier caso, esta estrategia de marketing (que, para quien esto escribe no tiene en si nada de malo) no ha condicionado el desarrollo natural de una etapa que tras lo narrado hasta ahora, atravesaba su mejor momento. Así, con este nuevo volumen no estamos ante una ruptura si no ante una continuidad lógica de lo que hasta ahora se venia narrando.

Obligado a alejarse de Nueva York para poder seguir ejerciendo la abogacía, San Francisco se antojaba como la mejor opción posible, no en vano Matt ya vivió allí un tiempo durante su relación con la Viuda Negra. Será ahora otra mujer, Kirsten McDuffie, quien le termine de convencer de la necesidad de cambiar de costa, sobre todo dada la delicada situación de salud de Foggy Nelson. Siendo estos dos personajes, junto al propio Matt, los pilares sobre los que se esta construyendo esta etapa. El camino sin embargo no estará precisamente sembrado de rosas y no solo por el accidentado viaje que le llevara a San Francisco (narrado en Road Warrior, con el Pensador Loco y un adaptoide que quiere ser algo más, de por medio) ni siquiera por el hecho de que su identidad sea publica, lo que evidentemente complica las cosas, no, el problema estriba, al menos al principio, en que Nueva York y San Francisco son dos ciudades completamente diferentes, y aunque Matt ya había estado en la ciudad californinana, eso fue hace mucho tiempo.

En Nueva York, Matt conoce de memoria las texturas, los olores, las distancias entre los distintos edificios, es casi uno con la ciudad. Puede saltar de azotea en azotea solo guiándose por sus instintos, en San Francisco, es apenas un turista todavía, casi todo le resulta nuevo y ha de ir conociendo la ciudad poco a poco mientras que se sientan las bases de las que serán las nuevas amenazas a las que ha de enfrentarse (encabezadas por el Búho y por Mortaja, un héroe desquiciado por la perdida de su amor y que no dará precisamente la bienvenida al hombre sin miedo). Esta idea, magníficamente visualizada por el dúo Samnee-Rodriguez es la de mejores que se pueden leer en estos cinco números incluidos en el tomo. Waid consciente de que Daredevil es un héroe quintaesencialmente neoyorkino, juega con la idea de que en San Francisco es poco más que un pez fuera del agua teniendo tanto él, como sus supersentidos que adaptarse a un entorno completamente diferente.

Junto a esto, Waid ahonda en la relación de Matt con las autoridades locales, que al menos por ahora parecen más colaborativas que las neoyorkinas, avanza en su relación con Kirsten y da una solución imaginativa (que curiosamente en época de Chichester ya había usado el propio Matt para si mismo) a la situación de Foggy, para conseguir mantenerlo seguro mientras combate su enfermedad. El tono sigue siendo más aventurero y superheroico de lo que hasta la llegada de Waid era habitual en la colección y en espera de ver lo que realmente se esta construyendo en torno a Mortaja y al Búho, esta etapa sigue siendo a día de hoy de las mejores series que se producen actualmente en la antigua Casa de la Ideas y tiene todos los números para colarse en un lugar de honor entre las mejores etapas de una colección plagada de nombres y épocas ilustres. A nosotros nos toca seguir disfrutándolo.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Robocop vs Terminator de Frank Miller y Walter Simonson, por fin en España.

Recupero y re-elaboro una reseña que hice hace ya la friolera de 6 años aprovechando que por fin se ha publicado este cómic en España de la mano de Aleta, algo que hasta hace no tanto parecía casi imposible.

El contexto.

Publicado en forma de miniserie de 4 números por Dark Horse a la altura de 1992, el cómic cabe enmarcarse tanto en el contexto de las obras que Miller escribió en los 90 para ser dibujada por alguno de los mejores artistas del medio, como en una especie de resarcimiento por no haber podido dar su visión de Robocop ni en Robocop 2 (1989), ni en Robocop 3 (1992). Las lastima es que haya habido que esperar más de 20 años para verla por fin editada en España. Cabria aplicar aquí aquello tan manido de más vale tarde que nunca.

Como siempre en este tipo de proyectos Miller sabe con quien trabaja y no duda en elaborar un guión lleno de acción y de fuerza para que un Simonson inspiradísimo de lo mejor de si. Páginas llenas de onomatopeyas, espectaculares composiciones, y un Robocop que parece comerse la página, son algunas de las virtudes de un trabajo en el que Simonson demuestra estar muy en forma y disfrutar enormemente de la historia concebida por su compañero. Por su parte Miller, plantea un guión desde los parámetros clásicos de la franquicia de Terminator: viajes en el tiempo, futuro apocalíptico, cambiar ese futuro desde el pasado etc, consiguiendo por el camino unir ambos mundos de manera muy lógica y coherente. De paso que se ríe un poco de las posibilidad de estar continuamente viajando en el tiempo y critica sin piedad determinados aspectos de la sociedad americana.

La historia.

En un futuro no muy lejano las maquinas están a punto de ganar la guerra contra el hombre, este al borde de la extinción fija todas sus esperanzas en Florece Langer, una soldado que retrocede al pasado apareciendo, como no podía ser de otra manera, desnuda en medio de Detroit y buscando la muerte de Robocop. El motivo simple a la par que lógico demuestra la inteligencia de Miller al enlazar ambas franquicias: Skynet, la computadora que declaro la guerra a la humanidad adquirió conciencia propia gracias a su unión con Robocop, el cual perfecta simbiosis entre hombre y maquina se convirtió en una especia de “padre” de los Terminators. A partir de ese momento se desarrolla toda una historia plagada de viajes temporales en la que el sombrío futuro de la humanidad parece evitarse solo para que la llegada de nuevos Terminators al pasado terminen por restaurarlo.

El cómic de nuevo esta lleno de arquetipos millerianos, con una mujer dura y segura de si misma (que también enlaza con a mujeres de Cameron en su cine) que termina por descubrir una nobleza inesperada en aquel al que había venido a matar, por su parte Robocop se convierte en el personaje central de la obra. Un héroe muy milleriano, que pese a dudar continuamente de su humanidad (¿es su conciencia solo un programa informático? se preguntara más de una vez) estará más que dispuesto a dar su propia vida para salvar aquello que un día fue y que por mucho que él lo dude sigue siendo. Un tema el del sacrifico heroico central en la obra de Miller. Son temas (como el familiar, al fin y al cabo Robocop es el creador, involuntario de los Terminators) apenas si esbozados, no en vano el guión de Miller esta ante todo puesto a disposición del lucimiento de su pareja de baile a los lápices, pero que muestra que el autor de 300 es ante todo un guionista de obsesiones.

Conclusiones.

Resulta curioso analizar la trayectoria de Frank Miller con Robocop, la película original, evidentemente influenciada por el trabajo del autor de Sin City dio como resultado dos secuelas guionizadas por Miller que vio como en Hollywood el trabajo del guionista es de un mero eslabón (y no de los más importantes) en la cadena de montaje del cine más puramente comercial. Desencantado con el resultado, Miller pudo resarcirse en parte con este Robocop vs Terminator que se antoja a las claras como el mejor trabajo del guionista con el personaje y más viendo la posterior adaptación de sus guiones de cine al cómic, una adaptación que demuestra que las películas podían haber sido mucho más interesantes, pero que se sitúan muy por debajo de este trabajo concebido directamente como cómic, medio donde, al contrario que el cine, Miller es un autentico maestro.

Con todo puede que el guion de esta obra no profundice como en otras en aquellos aspectos que más definen a su autor y con ello se podría considerar que Robocop vs Terminator es un trabajo menor dentro de la trayectoria de Miller. Probablemente lo sea, pero estamos ante un cómic dinámico, lleno de acción, espectacularmente dibujado, con dosis adecuadas de humor e ironía y ante todo enormemente entretenido. Poco más se puede pedir a la que sin duda es una de las novedades editoriales más destacadas del año y que algunos llevábamos mucho tiempo esperando que se publicara en España.

domingo, 7 de diciembre de 2014

El Daredevil de Alan Davis: Daredevil y el Clan Destine.

En los últimos años Marvel ha ido recuperando la tradición antaño olvidada de los anuales. Tradición que en el caso de Daredevil ha supuesto que en el 2012 y dentro del relanzamiento llevado a cabo por Mark Waid y compañía, el personaje haya contado con el que sería su treceavo anual (una cifra más bien escasa en 50 años de historia). Realizado por la ya clásica pareja formada por Alan Davis y Mark Farmer, cuentan para la ocasión con el color de Javier Rodríguez, único lazo de unión autoral con la colección regular del personaje.

Si hay un autor de prestigio casi universal en el mainstream americano actual, ese es sin duda Alan Davis. Autor clave del genero superhéroico desde los años 80, el británico, al contrario de lo que ha pasado con otros mitos de esos años, no ha caído en desgracia para el aficionado actual, sabiendo adaptar su estilo a los gustos del mercado a día de hoy, sin por ello copiar a nadie ni perder su propia identidad, es más es él el que ha creado escuela. Por sus expertos lápices han pasado casi todos los personajes clave de Marvel y DC. Aposentado actualmente en la antigua Casa de la Ideas, su plástico trabajo sigue aportando fuerza y dinamismo a algunos de los eventos y personajes principales de la casa, a la vez que, de vez en cuando tiene manga ancha para afrontar sus propios proyectos personales, siendo Marvel muy consciente de que además de su calidad, Davis aporta prestigio por lo que es mejor tenerle contento.

Dentro de este tipo de proyectos personales es donde entraría este primer (y único) anual del volumen 3 americano de Daredevil, que Panini ha tenido a bien recopilar en un interesante tomo bajo el sobrenombre “El Universo Marvel de Alan Davis”. Aunque como decíamos antes casi todos los grandes iconos de Marvel y DC habían pasado por los lápices de Davis, Daredevil vendría a ser una de la excepciones que confirman la regla y este anual viene a subsanar en gran medida tal situación. Todo un acierto ya que no cabe duda que un personaje tan acrobático, de tanta plasticidad visual y mucho más fibroso que musculado, se adapta como anillo al dedo al estilo del dibujante de Miracleman. El anual se engloba dentro de una trilogía de anuales (junto a Los 4 Fantásticos, donde se inicia la historia y a Lobezno donde concluye) que supone el retorno de la familia Destine, uno de los proyectos más personales que Davis creara en la Marvel de los 90.

Concebida como un linaje superpoderoso, con siglos de vida, que prefieren mantenerse ocultos ante el resto de la humanidad (una mezcla de conceptos entre los inhumanos y lo mutantes), se han de enfrentar ahora a un status totalmente diferente cuando las nuevas generaciones deciden salir a la luz desterrando la mascarada de sus familiares. El Clan Destine tuvo una serie original de corta duración (12 números) de la que Davis se marcho pronto (a los 8) por desavenencias con la editorial y que supuso en sus primeros números una de la joyas de los 90 una década desastrosa a nivel global para Marvel pero que con todo tuvo grandes cómics en su haber. Desde entonces Davis ha ido retomando a los personajes, con plena libertad a través de una miniserie (de cinco números en 2008 ) o especiales (el que les enfrento a los X-Men en 2 números de 1996) como el anual que ahora nos ocupa.

La relación de Daredevil con la trama es tangencial, meramente accidental, pero permite a Davis explayarse agusto con su visión del personaje que luce más superherócio y atlético que nunca. La abundancia de splash-page permiten al autor lucir su inmenso talento para el genero en su vertiente más clásica y espectacular lo que unido a su dominio narrativo muestran una vez más a Davis como el prototipo de dibujante de superhéroes perfecto. Lastima que se haya prodigado tan poco por las páginas del hombre sin miedo. En cualquier caso en el anual de Daredevil se desarrolla el nudo de la antes mencionada trilogía y tiene como hilo conductor la presencia del Doctor Extraño, gran amigo del cuernecitos y un misterio familiar que afecta al mismo corazón del Clan Destine y que no parece que vaya a permanecer oculto mucho más. La aventura es entretenida y aunque intrascendente en la historia del hombre si miedo si es clave para una familia Destine a la que las ventas, por desgracia, nunca han acompañado pese al excepcional talento y mimo de su autor.